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William Shakespeare |
REINA MARGARITA: ¡Y te llamé entonces
vano alarde de mi esplendor; te llamé entonces
pobre sombra, esbozo de reina; pura
representación de lo que yo había sido;
programa adulador de un espectáculo
lamentable; mujer elevada al pináculo para caer
en tierra precipitadamente; madre, solamente
para la mofa, de dos hermosos niños, sueño de
lo que quería ser; brillante enseña, expuesta a
ser blanco de los más peligrosos ataques; una
ficción de dignidad, un soplo, una burbuja, una
reina de teatro, nacida sólo para la escena! [...] Así la rueda de la Justicia ha
hecho su revolución y te ha dejado presa del
tiempo, sin otro bien que el recuerdo de lo que
has sido, para torturarte en demasía siendo lo
que eres. Tú usurpaste mi sitio, ¿y no habías
de usurpar la justa proporción de mi dolor?
¡Ahora tus orgullosos hombros soportan la
mitad de mi yugo, y sustrayendo a él mi
cabeza, fatigada de llevarlo, arrojo el peso
entero sobre ti! [...]
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Ricardo III |
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