jueves, 13 de octubre de 2016

Fragmentos del libro "Cartas a María Teresa” del escritor mexicano José Revueltas



"Su gran tristeza es el silencio que lo rodea." 
Pág. 9


"No se puede mucho tiempo resistir la dulce tentación de morir." 
Pág. 13


"Soy más feliz que todos ellos juntos, y que han venido a este sitio "para divertirse" y que considerarían que se están robando a sí mismos si no se divirtieran y que, en consecuencia, hacen todo lo posible para estar alegres aunque su alma esté vacía, solitaria y profundamente triste." 
Pág. 31


""Las personas inteligentes son las únicas capaces de amar "apasionadamente". Es decir, las únicas capaces de dedicar al amor esa parte de su espíritu no gobernada por la inteligencia sino por las pasiones. La inteligencia les permite a la vez este abandono y su crítica. Así, pueden ver los defectos y virtudes del ser amado en una forma objetiva e independiente y también pueden juzgar de sí mismos en igual forma, o sea, haciendo lo contrario de lo que el común de las gentes considera como "pasión", pero que es, justamente la pasión en su única forma posible..."" 
Págs. 47-48



"¿Pensaré en chino? ¿Ellos son los que tienen razón y yo soy el equivocado? ¡Claro que yo tengo razón! Pero el luchar por esta razón verdaderamente me agota, me hace sentirme muy mal. No te imaginas como me siento solo ante el odio auténtico que la gente tiene hacia la cultura y la sensibilidad." 
Págs. 64-65


"Casi a la entrada de la puerta hay una leprosa jovencita, como de 20 años. Descubro con sorpresa que todas ellas se han pintado los labios (después me explica Briseño que es a causa de la fiesta). La joven leprosa es hermosa y sonríe con una especie de candor al médico. En cuento nos ve a nosotros clava la vista en el suelo, como si se hubiera caído, con una tristeza tremenda. Todavía el mal no cunde en ella al extremos de que su rostro ya no pueda expresar sentimientos. Queda ahí con la vista baja. La transición entre su alegría del instante anterior y esta congoja de ahora, ha sido violentísima, instantánea. Nunca en mi vida he visto a nadie, a nadie, absolutamente tan triste. Y es bonita la leprosa..." 
Pág. 79




José Revueltas



"Una mujer, no lejos de mí, lleva a un niño entre los brazos, que trepa por encima de su hombro, gordezuelo. Pues bien. ¡Nada de gordezuelo! Es sólo una carita de un pequeño gatito montés, un niño con lepra. La mujer me mira, indiferente. indiferente al parecer, porque algo debió notar en mi expresión, y entonces sobre la máscara ruedan unas lágrimas ajenas, que alguien soltó desde atrás de los ojos -no la mujer actual, enferma, sino esa otra mujer que tuvo alguna vez un rostro, una cara y que podía manifestar algo." 
Pág. 84


"Enseguida viene un juguete cómico al que anuncian como El cuento de la Loca. Aterrador. Nada menos que aterrador. Reflexiono en aquello. Quienes organizan este festival -bien, es el espíritu del mexicano-, han perdido el sentido de las proporciones del horror. Creo que para nosotros, los mexicanos, no existe el horror, de tal modo que estamos acostumbrados a él. Nos fascina Coatlicue. Los niños, para jugar, se ponen horribles máscaras de hule, que ahora me doy cuenta no son sino leprosos." 
Págs. 85-86


"Me abandono sin luchar a lo que se diga de mí, a lo que se haga contra mí. Luego me pregunto a qué se debe esto y la respuesta es que tengo un desaliento indecible, un dejar hacer en mi contra a todo aquél que quiera. Proporciono todas las armas, casi con júbilo." 
Pág. 90


"Te amo de un modo terrible y me duele hasta lo más hondo cuando te hago sufrir. Creo que no te he dado un solo momento de alegría en la vida. ¡Dios mío, es monstruoso!" 
Pág. 90


"Con todo lo que Rosaura me ha servido para hacerme entender de las gentes, no deja de ser una lata en muchos aspectos. Traduce más de la cuenta y por su propia responsabilidad añadiendo cosas que no digo o 'ayudándome', como cuando, a la entrega de mi primer artículo añadió algo así como "para que ustedes vean que no se trata de alguien impreparado, sino de un comunista con conocimientos", etc. ¡Era para morirse de la rabia!" 
Pág. 96



Cartas a María Teresa


"El vendedor de cerveza tomó el billete y a cambio del mismo, después de devolverme unos cuantos pfening, me puso enfrente dos inmensos tarros de hermosa cerveza. Me dio pena y entonces fingí que buscaba a algún acompañante que habría desaparecido entre la multitud." 
Pág. 115


""El artista que 'huye' de la realidad, a menudo está bastante más cerca de la realidad que algún 'realista'"." 
Pág. 124


"He venido sosteniendo -en medio de la risa y el desprecio de su insultante silencio- que la pintura mexicana es una deformación grosera del realismo verdadero, independiente de sus altas cualidades plásticas y formales." 
Pág. 141


"¡Qué absurdo! Ha parecido que para mi no contabas -según tú." 
Pág. 162


"Porque el amor llega a considerar lo amado como una parte tan orgánica de su propio ser [...] que no le importa sacrificar a ese ser que es uno porque cree que a sí mismo puede imponerse todos los dolores y sufrimientos. El hecho es que el amado es otro; una persona que está fuera de uno, y a la cual no puede sometérsele a nada, ni invadírsele su yo. Se recibe una sorpresa. Aquello amado no era yo, no era mi parte..." 
Pág. 162




Fragmentos del libro "Ricardo III” del escritor inglés Wiliam Shakespeare



William Shakespeare



REINA MARGARITA: ¡Y te llamé entonces vano alarde de mi esplendor; te llamé entonces pobre sombra, esbozo de reina; pura representación de lo que yo había sido; programa adulador de un espectáculo lamentable; mujer elevada al pináculo para caer en tierra precipitadamente; madre, solamente para la mofa, de dos hermosos niños, sueño de lo que quería ser; brillante enseña, expuesta a ser blanco de los más peligrosos ataques; una ficción de dignidad, un soplo, una burbuja, una reina de teatro, nacida sólo para la escena! [...] Así la rueda de la Justicia ha hecho su revolución y te ha dejado presa del tiempo, sin otro bien que el recuerdo de lo que has sido, para torturarte en demasía siendo lo que eres. Tú usurpaste mi sitio, ¿y no habías de usurpar la justa proporción de mi dolor? ¡Ahora tus orgullosos hombros soportan la mitad de mi yugo, y sustrayendo a él mi cabeza, fatigada de llevarlo, arrojo el peso entero sobre ti! [...]



Ricardo III

Fragmentos del libro "El Rey Lear” del escritor inglés Wiliam Shakespeare


BUFÓN: Fíjate, abuelo: Guarda más de lo que enseñas, di menos de lo que sepas, presta menos lo que tengas, más caballo y menos piernas, si más dicen, menos creas, sé más cauto en tus apuestas; vino y putas deja ya y no pases de tu puerta, y verás que tienes más de veinte en cada veintena. 
KENT: Eso no dice nada, bobo. 
BUFÓN: Entonces es como defensa de abogado que no cobra: se hace por nada. –– ¿Tú puedes hacer algo de nada, abuelo?


Rey Lear



BUFÓN: Abuelo, si fueses mi bufón, te mandaría azotar por ser viejo antes de tiempo. 
LEAR: ¿Qué quieres decir? 
BUFÓN: Que no debías haberte hecho viejo hasta haber sido sensato.



William Shakespeare


GLOSTER: Es un mal de este mundo que los locos guíen a los ciegos.


LEAR: Al nacer, lloramos por haber venido a este gran teatro de locos.