martes, 24 de octubre de 2017

Fragmentos del libro "El complot mongol” del escritor mexicano Rafael Bernal.


"Aquí hay gato encerrado, pero se le está quedando toda la cola de fuera."
Pág. 39

"De memorias no vive nadie, sólo el que no ha hecho nada. ¡Pinches memorias! Van siendo como la cruda. Por eso los borrachos se vomitan, para no acordarse, y los que son nuevos se vomitan a su primer finado, como para echarlo fuera."
Pág. 65


Rafael Bernal


"...y ahora sólo van hombres que buscan una soledad mayor de la que llevan dentro."
Pág. 93

"Como decía aquel paisano de Michoacán: "Si de chico fui a la escuela / y de grande fui soldado /si de casado cabrón / y de muerto condenado / ¿Qué favor le debo al sol / por haberme calentado?"."
Pág. 125

"Para llevar a un muerto con discreción no hay nada mejor que un ataúd." 
Pág. 137

"Eso hacemos todos en la vida. No vemos el precio de las cosas." 
Pág. 179


El complot mongol


domingo, 8 de octubre de 2017

Fragmentos del libro "Apuntes de un lugareño” del escritor mexicano José Rubén Romero


"-Oye Romero, ¿qué te pones para que te salga tanto pelo? 
-A ti te lo diré porque eres mi amigo, pero no lo cuentes a nadie: babas de becerro prieto." 
Pág. 40


"Tenía mi bicicleta debajo del manubrio, con letras doradas, la marca de la fábrica "Juder", que yo traduje en Judas y con este nombre bauticé el vehículo. 
-Mama, voy a sacar a Judas a dar una vuelta. 
Mi madre, muy seria, la llamaba lo mismo, como si se tratara de una persona y todas las mañanas me decía:
-Quita a Judas del corredor, que estorba para regar las macetas.
Los sábados de Gloria adornaba sus ruedas con flores y lazos de papel, para festejar su santo." 
Pág. 41


"Primero fuimos a las tenencias de Uruapa y de Churumuco. Este último lugar tan cálido, que oí decir los naturales, con bastante gracia, que escarbando una cuarta en el suelo se podían sacar diablitos de la cola." 
Pág. 62


"Según el comento, quien dio en la plaza la nota festiva, fue aquel juez trabadillo que, en el colmo de su entusiasmo y con unas cuantas copas en la cabeza, trepado sobre una banca, se soltó gritando:
"¡Zurra algo! ¡Zurra algo!"
Lo que traducido al idioma corriente, quería decir: 
"¡Hurra a Hidalgo! ¡Hurra a Hidalgo!""
Pág. 78


José Rubén Romero


"En los pueblos pequeños a fuerza de ver a las gentes, de hablar con ellas a toda hora, se logra hacerles la autopsia en vida, hurgándoles por dentro lo mismo que por fuera. Bien observadas, todas las personas tienen algo curioso y como en los lugares rabones pasamos el tiempo fisgoneándonos mutuamente, acabamos por sabernos de memoria. Del estudio de los animales racionales, pasamos también a los animales domésticos."
Pág. 106


"Se lo diré con otro decir campesino:"pájaro caliente no ve pariente"." 
Pág. 109


"...eres hecho de suciedad." 
Pág. 121


"Y destacándose del grupo el más viejo de todos, nos besó en la mejillas a Ortiz Rubio y a mí, en señal de amistad. 
Yo hubiera correspondido con otro a aquel beso ritual, pero me contuvo la idea de ponerme en ridículo. Es así como mueren al nacer, por el que dirán las gentes, muchos impulsos generosos."
Pág. 146


Apuntes de un lugareño


"Al llegar a la orilla, las indias levantaron los remos agitándolos en el aire en señal de despedida."
Pág. 146


"Pronuncié, sin saberlo, la palabra sagrada: extranjero, que en México equivale a derecho de primacía, a señor de todas las cosas." 
Pág. 200

Fragmentos del libro "Compro, luego existo” de la escritora mexicana Guadalupe Loaeza


"El Superyo se presenta actualmente bajo la forma de imperativos de celebridad, de éxito que, de no realizarse, desencadenan una crítica implacable contra el Yo. De este modo se explica la fascinación ejercida por los individuos célebres, stars e ídolos, estimulada por los mass media, que intensifican los sueños narcisistas de celebridad y de gloria, animan al hombre de la calle a identificarse con las estrellas, a odiar el 'borreguismo', y le hacen aceptar cada vez con mas dificultad la banalidad de la existencia cotidiana." Gilles Lipovetsky, la era del vacío, Anagrama, Barcelona. 
Pág. 40


Guadalupe Loaeza


"La envidia habla de nuestra frivolidad, de nuestro esnobismo, de las fantasías infantiles que albergamos en nosotros, que cultivamos mientras nos damos aires de personas adultas. Habla de las mentiras que nos decimos para consolarnos y de las que les decimos a los demás para hacer buena figura. De las maniobras que realizamos para conseguir cómplices. Habla de nuestros enemigos y de aquellos a quienes nos esforzamos por dañar, aunque no nos hayan hecho nada. La envidia esta en la raíz de muchas de nuestras enemistades y vuelve ambiguas muchas de nuestras amistades. Es la zona oscura en la cual nuestra perversidad logra abrirse camino y corromper los pensamientos mas puros." Francesco Alberoni, Los envidiosos, Gedisa, México. 
Pág. 77


Compro, luego existo


"Estaban todos los invitados todavía bajo el éxtasis de la esplendida mesa cuando de pronto se escuchó: "¡Provecho!" En esos instantes, un batallón de ángeles pasó obre ellos. ¿Quién diablos había emitido esa expresión tan fuera de lugar, tan de pueblo? ¿A quién se le habrá ocurrido pronunciarla frente a personas tan mundanas, tan sofisticadas, tan finas y viajadas? ¿Quién era el culpable?" 
Pág. 99-100