“Infortunadamente, estos jóvenes no comprenden que sacrificar la vida es en muchos casos la cosa más fácil del mundo, mientras que, por ejemplo, dedicar cinco o seis años de su hermosa juventud al estudio y a la ciencia -aunque sólo sea para centuplicar la energías al servicio de la verdad y para alcanzar el fin soñado- es un sacrificio superior a sus fuerzas.”
Pág. 18
“¿Qué es un starets? El starets es un religioso que absorbe vuestra alma en la suya; es el monje que con su voluntad domina la vuestra y al que entregaréis alma y voluntad en absoluta obediencia y total renunciación. […] Esta invención, es decir, la institución de los startsy, no es teórica: está sacada, en Oriente, de una práctica milenaria. Los deberes hacia el starets son cosa muy distinta de “la obediencia” habitual que siempre existió en los monasterios rusos. La confesión al starets de todos los militantes es continua, e indisoluble el lazo que ata el confesado al confesor.”
Pág. 19.
“Me vuelvo enemigo de los hombres, apenas están en contacto conmigo. En compensación y de un modo invariable, cuánto más detesto a la gente, aisladamente, más me abraso de amor hacia la humanidad toda.”
Pág. 43
“Para amar a un hombre es preciso que éste se halle oculto: tan pronto asoma su rostro desaparece el amor.”
Pág. 189
“Porque para el hombre libre no existe preocupación más atormentadora que la de saber a quién le debe obediencia…”
Pág. 202
“Sólo hay tres cosas que pueden subyugar para siempre la conciencia de esos débiles rebeldes: el milagro, el misterio y la autoridad.”
Pág. 203
“No te canses de actuar: y si, durante la noche, antes de dormir, recordases haber olvidado alguno de tus deberes, levántate en el acto y cúmplelo.”
Pág. 253
“Además el dinero en mano ajena siempre abulta más que en mano propia.”
Pág. 557
“-¡Le ruego, Kartachov, que no nos moleste con sus tonterías, sobre todo cuando no se habla con usted y hasta se quiere ignorar que existe! -dijo Nicolás irritado.”
Pág. 588
“No olvidéis que nada hay más noble, más fuerte, más sano y más útil en la vida que un buen recuerdo.”
Pág. 589