jueves, 25 de agosto de 2016

Fragmentos del libro “Una ola que se estrella contra las rocas” del escritor mexicano Eduardo Mejía



"Anita y Carmela pensaron que el motivo era el amor ("Nunca confundir la mirada pesimista del amante con la mirada lánguida del hambriento"), pero Paco sabía que era la cruda."
Pág. 16


"--Si tienes que pensar en esas cosas es mejor que lo olvides. EL amor se da o no se da --diagnosticó Mario." 
Pág. 28


"Y la plática de él la transportaba a otros mundos, sabía tantas cosas que ella se sentía apenada, molesta, terriblemente tonta; desde mañana voy a leer mucho para poder platicar con él de todo sin que parezca tonta, pensó." 
Pág. 61



Una ola que se estrella contra las rocas



"No, lo que cuenta no es de escritor, Mario debe decir algo más fino, más elegante, más culto: "Su amor es lo que me ilumina". Si. 
    "Su virginidad es mental, no me incumbe lo que hayas hecho con ella. Su amor es lo que me ilumina". 
    Y ambos se pelearían. ¿Cómo se pelearán los escritores y los pintores?
    Y despertó sobresaltada: No, un duelo no. No quiero que se maten por mi culpa." 
Pág. 67


"Me aferraré a su amor como un náufrago a la vida.
      Qué bonita frase: le hacía bien andar con un intelectual, últimamente puras frases célebres decía. Dentro de poco, ella también escribiría y le demostraría a Paco que era mucho mejor que él, mucho mejor que todos los otros, sólo un poco inferior a Mario, pero los demás tendrían que lamentarse por haberla perdido." 
Pág. 68