Elena Garro |
“Aquí estoy, sentado sobre esta piedra aparente. Sólo mi
memoria sabe lo que encierra.” Pág. 1
“Doro, lo único que hay que imaginar es lo que no existe.”
Pág. 17
“¡Qué dicha ser hombre y poder decir lo que se piensa!” pág.
26
“Hay veces en que el papel nos hace gestos…” pág. 30
“En la noche todos somos inteligentes y en la mañana nos
encontramos tontos.” Pág. 30
“Él sabía que el provenir era un retroceder veloz hacia la
muerte y la muerte el estado perfecto, el momento precioso en que el hombre
recupera plenamente su otra memoria.” Pág. 33
“Cuando alguien moría, ella no iba al duelo. No sabía por
qué la cara muerta de sus conocidos la hacía reír.” Pág. 52
“En el jardín los insectos se destruían unos a otros en esa
lucha invisible y activa que llena a la tierra de rumores.” Pág. 73
“Su memoria es el placer.” Pág. 77
“La memoria es la maldición del hombre.” Pág. 78
“La noche avanzaba difícilmente, llevando a cuestas los
crímenes del día.” pág. 90
“Pasaba junto a ella casi con miedo, sintiéndose fea y
tonta. Sabía que el resplandor de Julia disminuía su belleza. A pesar de su
humillación, fascinada por el amor, se acercaba supersticiosamente a ella,
esperando que algo se le contagiara.” Pág. 94
“De noche, tan pintada, no está mal, pero habrá que verla
cuando despierta con todos los vicios en la cara…” pág. 95
”"En boca cerrada no entran moscas” Aquella frase repetida a
cada instante marcó su infancia, se interpuso entre ella y el mundo, formó una
barrera infranqueable entre ella y los dulces, las frutas, las lecturas, los
amigos y las fiestas. La inmovilizó.” Pág. 175
“A estas horas, vale más la vida de un alacrán que la de un
cristiano.” Pág. 220
“Ya se está amontonando la desdicha…” pág. 223
“…y se arrinconó sombría junto al fogón, mirando las brasas
como si leyera en ellas las desgracias que anunciaba.” Pág. 223
“Siempre supe que me iban a asesinar.” Pág. 225
“Ahora van a saber que lleno mi cama con lo que más les
duele.” Pág. 246
“Habíamos vivido tantos años en la espera que ya no teníamos
otra memoria.” Pág. 270
“Cuando llega el olvido es que ya acabó la vida, capitán.”
Pág. 279
“Aquí estaré con mi amor a solas como recuerdo del porvenir
por los siglos de los siglos.” Pág. 295